Mundos íntimos. El ping pong fue el mayor lazo afectivo con mi viejo. Yo estaba perdido, compró una mesa y me cambió la vida . (Quelle: Clarin.com – Home – Lo último)
Contraposición. Para el autor, se trata de un juego de muchísima intensidad pero requiere una concentración que deriva en un momento zen, de calma. Aún hoy entrena muy seguido.